Antioxidantes es un término que debes haber escuchado antes, pero probablemente no tienes muy clara su definición, por ahora.
Antioxidantes, radicales libres… ¿qué son?
Los antioxidantes son compuestos que previenen el daño celular, así de simple es. Ahora bien… ¿por qué deberíamos preocuparnos y qué tienen que ver con nuestra piel? Debemos comenzar diciendo que los oxidantes son los famosos radicales libres: unas moléculas inestables que producen reacciones de oxidación en cadena (de allí su nombre) y que provocan daño celular, sobretodo daño a las células de nuestra piel. Pues bien, los oxidantes no sólo los produce en forma natural nuestro cuerpo sino que también se encuentran en el medio ambiente perjudicándonos.
Y uno se preguntará… ¿por qué nuestro cuerpo produce oxidantes o radicales libres si perjudican nuestras células y dañan la piel? Porque los radicales libres cumplen unas funciones importantes de defensa de nuestras células combatiendo contra microorganismos como bacterias, virus, parásitos…, lo que sucede es que son muy potentes, algo así como mini-bombas atómicas, y también causan daños colaterales, cual una guerra pues…, y por si fuera poco también estamos expuestos a ellos por factores ambientales como la contaminación y el humo del cigarrillo. Esa es una de las razones por las cuales cuando compramos frutas y no las comemos frescas, las mismas se ponen de color marrón o se oscurecen, eso es oxidación y allí están los radicales libres haciendo de las suyas.
¿Cómo afectan nuestra piel?
Cuando esa oxidación ocurre en nuestra piel por ejemplo, lo que acontece es como una ruptura de las células, que puede conducir al envejecimiento prematuro de la piel, por lo tanto, el poder contar con sustancias que combatan a los radicales libres, los llamados antioxidantes es muy importante para proteger nuestra piel de estos feroces señores.
Para tranquilizarnos un poco es bueno saber que nuestro cuerpo produce también, en forma natural, antioxidantes para neutralizar la presencia de oxidantes o radicales libres y mantener todo en equilibrio. Lo que pasa, lamentablemente, es que la cuenta de radicales libres de nuestro cuerpo supera a la de los antioxidantes.
¿Cómo podemos proteger nuestra piel?
La buena noticia es que hay un montón de alimentos ricos en antioxidantes que probablemente ya habrás comido. Estos «súperalimentos» que están llenos de antioxidantes, los podemos encontrar en el reino vegetal, tales como: frutas, entre ellas las que más tienen antioxidantes son las manzanas y las uvas, los arándanos, las nueces; las verduras de hoja con color verde oscuro; en plantas como el té verde, el café… y también se encuentran en el chocolate negro (¡sí!) y el vino (¡sí, sí!) son todos ricos en antioxidantes. Como bono adicional, los alimentos ricos en antioxidantes también son antiinflamatorios y como dato curioso: los antioxidantes son más abundantes en las conchas de las frutas, así que hay que considerar comer fruta con concha y todo.
Hemos escuchado antes, eres lo que comes. Si queremos proteger nuestra piel en contra de los efectos nocivos de los radicales libres debemos ingerir una dieta cargada de antioxidantes y así combatir su envejecimiento prematuro desde el interior de nuestro cuerpo, si tu dieta es menos que lo ideal puedes consumir suplementos de antioxidantes sin exagerar (vitaminas como la C, A, E y oligoelementos); ya para la parte externa de nuestra piel podemos contar con cremas y lociones para ayudar en esta protección total. Por ello también es importante que consideres el uso de productos de belleza formulados para ayudar en la prevención de daño oxidante externo y para el cuidado de tu piel. Estos productos funcionan mediante la formación de barreras protectoras y escudos para proteger la piel de los radicales libres que están al acecho alrededor en el entorno.
